lunes, 7 de mayo de 2007

Damnatio memoriae

Esperanza Aguirre lleva un ritmo frenético de inauguraciones. Del Metro, concretamente, ha perdido la cuenta de las nuevas estaciones que ella ha abierto al público, las nuevas líneas, el nuevo Metro Ligero, los cambios en Metro a Metro y empieza a pensar que la Comunidad de Madrid podría llegar a algún tipo de acuerdo con la Metro Goldwyn Mayer.

Lo que ocurre es que a veces, en esa vorágine en la que Espe se ve inmersa, comete descuidos que luego son malinterpretados. El sábado, en la inauguración de Metro Este, se repartieron planos con las nuevas estaciones del corredor del Henares. Pero faltaba una. De las nuevas no, claro. De las otras. De entre más de trescientas estaciones de Metro, faltaba una de la línea 7, de la que Metro Este es una prolongación. Concretamente la de Simancas.



La verdad es que es casualidad... Pero supongo que fue una pequeña triquiñuela, no para borrar a Simancas de todo registro histórico de los próximos años, sino para ahorrar tiempo en llegar a las nuevas estaciones. El caso es que esto recuerdo a las damnationes memoriae que hacían los emperadores romanos (y los egipicios) con sus malvados antecesores. Consistía en erradicar sus nombres de todos los edificios públicos en los que estuvieran escritos. Si luego se suplantaba por el propio o se dejaba en blanco muchas veces era más cuestión de ego o de interés concreto en adueñarse del objeto mismo. ¿Borraría alguien el nombre de Gallardón para poner el propio en las obras de la M-30? Yo creo que el PSOE, para comprobar la buena fe de Espe, debería presentar a las próximas elecciones a un candidato apellidado Sol o Callao, a ver si hay huevos.

1 comentario:

Alicia dijo...

Exacto, alguien se ha "equivocado". La verdad es que molaría poder meter gazapos de ésos por ahí, a ver qué pasa, y como soy funcionario y, por tanto, intocable...